domingo, 6 de julio de 2014

Fe y esperanza

Había logrado conocer sobre las religiones del mundo pero diseccionarlas había matado su capacidad de creer; razonaba que el marfil, la madera y el metal eran adorados por las inseguridades de quienes no sabían mejor.

Encontró el amor, no era tan fría como para no creer en eso, pero la suerte y el destino se manifestaron para enviar a la muerte a su habitación para retirar al objeto de su felicidad.

Despertó una noche y encontró a la Sombra sentada al pie de su cama, supo quien era, supo que quería, supo que tenía que correr lejos de ella, esa misma noche comenzó a buscar métodos para ahuyentarla, para detener su lento pero seguro paso hasta la cabecera.

No creía en los ritos, no creía en las leyendas, pero leer durante días enteros le daba esperanza suficiente para pensar que los centímetros que la Parca avanzaba cada noche eran kilómetros que le faltaban para llegar, que cada día era más largo, que en la siguiente página de un oscuro manuscrito en lenguas indescifrables estaría la respuesta que buscaba.

La sombra se aclaraba con el tiempo, después de varios meses pudo ver los fríos ojos observándola fijamente y en la última noche se atrevió a hablarle: por más tiempo suplicó mientras la muerte acercaba sus labios para besar a su amada, “¿Tiempo?” respondió, “El tiempo no existe”.

domingo, 29 de junio de 2014

Monstruos y profetas

El retador se repetía que cada momento de su vida estaba alineado a quedar para siempre en la narrativa de esta aventura, que toda la fuerza de su juventud había sido destinada al ascenso de esta montaña; palabras de profecía y entrenamiento con los monjes habían programado en su cerebro la valentía para marchar en la tormenta, para llegar hasta la débil pero tenebrosa torre en la cima.

Las puertas que quedaban estaban abiertas, no habían guardias, ¿quién iba a enfrentar a la Bestia?. Por una rendija vio luz, acercó su ojo y vio a la princesa durmiendo desnuda en los brazos del Enemigo.

Con una patada el agresor abrió su paso al salón del trono, el Monstruo despertó, soltó a su protegida, ¿era hora?, había perdido la cuenta del tiempo. La visión del príncipe le dio gusto, una sonrisa por el atrevimiento, por la oportunidad de matar el aburrimiento; el olor a miedo mezclado con el aliento ebrio de valor e ignorancia abrieron su apetito.

¿Una espada contra las garras y colmillos?, ¿un escudo contra la piel de acero?, ¿un arma contra el aliento de fuego?. La princesa despertó por el ruido, vio el salón pintado de sangre y volvió a dormir luego de un beso, seguiría siendo joven hasta que el próximo valiente intentara rescatarla.

Los profetas respiraron cuando amaneció y el Demonio no llegó con llamas y destrucción. El nuevo niño llegaba hoy, dibujaron rollos de profecía para sembrar en su sangre el valor y la juventud con que alimentaban al Enemigo para comprar su paz.

sábado, 28 de junio de 2014

S#1

“Lo que me sigue no es mi sombra, no tiene cuernos, garras o colmillos. Lo que me sigue no es mi sombra, es lo que no fui que me atormenta”.